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jueves, 27 de enero de 2011

Todavía no está cerrado el acuerdo de pensiones

Según algunos medios de comunicación, ya existe acuerdo de pensiones entre Gobierno, patronal y sindicatos más representativos. Según la web del sindicato Comisiones Obreras, a lo largo de la mañana de hoy siguen las negociaciones, y en todo caso, el acuerdo final habrá de ser aprobado por su Consejo Confederal el próximo 1 de febrero.

La medida que más ha dado que hablar ha sido la del retraso de la edad de jubilación obligatoria hasta los 67 años.
En los últimos días y horas parece que esta propuesta del Gobierno está siendo modificada. Según las últimas informaciones la jubilación, con el 100% de lo cotizado, será a los 67 años para aquellos trabajadores que no hayan cotizado más de 38 años y medio a lo largo de su vida laboral.
Queda pendiente de aclarar multitud de aspectos que pueden hacer variar esta situación según las circunstancias personales de cada trabajador, según los años cotizados y su edad.
Según estos medios de comunicación, con más de 38 años y medio cotizados nos podremos jubilar con el 100% de lo cotizado a los 65 años. Hasta ahora eran necesarios 35 años para jubilarse con el 100% a los 65.
Pero parece que no va a ser obligatorio jubilarse a los 67 años si no se alcanzan los 38 años y medio cotizados sino que habrá reducciones en la pensión. Por tanto, la jubilación antes de los 67 será posible pero con una pensión menor. Incluso se podrá seguir solicitando la jubilación anticipada voluntaria a los 63 años, antes era a los 61, con un mínimo de años cotizados.

Quedan pendientes informaciones muy importantes. Sobre todo la que nos indique como calcular la pensión de jubilación, que hasta ahora se miraban los últimos 15 años cotizados, y parece que esto se ampliará hasta los 20 años. Este hecho es importante porque puede provocar importantes reducciones en las cuantías de las pensiones que cobraremos los trabajadores. Leer más sobre este artículo...

viernes, 21 de enero de 2011

¿NEGOCIACIÓN vs. HUELGA GENERAL? FALTAN EXPLICACIONES

Cierto desasosiego remueve a las “bases” del sindicalismo confederal. Hemos llegado a un nuevo panorama de negociación pura entre Gobierno y sindicatos, y ahora parece que en serio, la Patronal. Incluso se presiona a los partidos políticos para que participen del proceso.

Este nuevo escenario ha llegado tres meses después de la Huelga General del 29 de septiembre. Quizás haya llegado, en parte como resultado de las distintas movilizaciones protagonizadas por los grandes sindicatos de este país que culminaron en la Huelga General. Puede que también el partido en el Gobierno se haya dado cuenta que las encuestas no cambian a mejor, y quizá esté enmendando algo del camino trazado desde mayo del año pasado, como intento de reencontrarse con su electorado de izquierdas. O puede que todo acabe siendo un espejismo, un nuevo barniz democrático a decisiones ya tomadas.
Puede ser que toda esta negociación acabe en un anteproyecto de ley que los sindicatos confederales no apoyen, y que el rodillo neoliberal del partido del Gobierno se imponga, otra vez, recortando derechos y esta vez debilitando el pilar más importante de nuestro estado social, la Seguridad Social.

Sinceramente, aunque no está el campo para vaticinios, la correlación de fuerzas no está para echar cohetes. Pero sí que puedo afirmar que está faltando pedagogía por parte de los sindicatos. Es necesario una mayor clarificación de los objetivos, de cuál es la nueva situación que permite lanzarse a una negociación tan amplia y ambiciosa. Evidentemente, no estoy pidiendo que los negociadores enseñen todas su cartas, pero que nos expliquen a qué estamos jugando.

También es cierto que en un panorama en el que la izquierda política, la izquierda “de verdad”, está tan ausente, tan carente de fuerzas, de ideas o capacidad para presentarse como una alternativa a las reformas antisociales, en este panorama, el sindicalismo está ocupando ese lugar, está convirtiéndose en la única voz y fuerza social, con sus limitaciones, con capacidad para oponerse al discurso neoliberal.
Sumemos pues nuestra pequeña voz a esa corriente. Reclamemos también una mejor explicación del proceso negociador actual. Y como siempre, pongámonos en la peor de las situaciones, engrasemos nuestra maquinaria democrática, por si no nos dejan otro camino que oponernos mediante la movilización social. Leer más sobre este artículo...